miércoles, 11 de julio de 2012

La complejidad del posicionamiento


Cuando nos enfrentamos a la difícil tarea de adscribirnos a una corriente historiográfica y posicionarnos frente a los conocimientos que nos entrega el currículo aparecen una serie de dudas e incertidumbres que nos hacen reflexionar en torno a nuestros gustos y pasiones, pero ¿Qué hacer cuando estos no se tienen  claros?, ¿Cómo encontrarlos en una sociedad que no nos deja tiempo para pensar?, en el caso de tenerlos ¿Qué criterios de discriminación se pueden emplear para seleccionarlos cuando las motivaciones son muchas y diversas?
Sin duda, este proceso es muy complejo. Implica una reflexión constante no tan solo de su desempeño como docente sino también de aspectos personales de su vida.   ¿Cómo posicionarse dentro del aula si el docente no ha reflexionado ni mirado en su interior para descubrir lo que lo motiva y lo que realmente fundamenta su práctica pedagogía?, ¿Cuál es la realidad de los profesores que actualmente encontramos en las aulas chilenas? En mi corta experiencia dentro de los colegios he descubierto que los docentes no son conscientes de lo que realizan dentro de la sala de clases. Existe una cierta incapacidad de los docentes en cuanto a criticar su propia práctica pedagógica. ¿A qué se debe este fenómeno? En mi opinión, a que el sistema educacional chileno se ha utilizado históricamente como un medio de legitimación de la clase dirigente que lo ha moldeado según las demandas del mercado. ¿Qué hacer con estas fallas de la formación inicial docente? Solamente existen dos caminos, el primero de ellos es que el mismo sistema que las originó se responsabilice por ellas y genere instancias para que los docentes se desarrollen en estas competencias y el otro es que cada docente se haga cargo de ellas y las solucione por su cuenta.  ¿Podemos decir que en esto radica, un poco, la mala educación de nuestro país? ¿En docentes reproductores de un conocimiento falto de reflexión que no se vincula con la realidad de los estudiantes?, ¿Cuál es tu opinión al respecto?   



  

sábado, 30 de junio de 2012


¿Qué hacer cuando la esperanza de una nueva pedagogía sucumbe ante el sistema rutinario de las aulas chilenas?

Cruzarnos de brazos y esperar sentados a que alguien haga la diferencia… La verdad es que no podemos tomar este camino… ¿Cuántos docentes, en la actualidad, esperan cómodamente que nuestro país tenga una educación de calidad, pero no hacen nada para remediar en algo la situación? Muchos. ¿Qué se necesita para tener una educación de calidad?,  acaso ¿Qué sea gratis? Yo creo que primero debe existir un cambio en la mentalidad de la población, es decir, pensar en qué significa que sea de “calidad”, qué se debe potenciar o desarrollar en los estudiantes, cuáles van a ser los parámetros para evaluar el desempeño escolar ¿Seguirá existiendo el SIMCE y la PSU?, etc. son preguntas que muchas veces no se plantean abiertamente en la discusión actual, pero que son de vital importancia para un cambio estructural y de larga duración en el sistema educativo chileno.

¿Qué significa que un docente sea catalogado como un “buen” profesor? Qué sea un docente organizado, qué sea metódico, qué tenga manejo de grupo, etc o que sus estudiantes realmente aprendan, más que conocimientos, a vivir en una sociedad como la nuestra. Yo me adscribo a esto último, un buen docente siempre lo será en la relación con sus estudiantes y no teniendo como referencia los resultados que se obtienen luego de realizar evaluaciones.
En mi última práctica, me encontré con una profesora joven que tenía las características que señalamos anteriormente. En el colegio estaba muy bien considerada, pero con el transcurso del tiempo me di cuenta de que estas características no eran suficientes. El contexto del curso, en su opinión, era el de estudiantes desordenados, flojos; de los que “no pescan”, etc. y esto influía considerablemente en su práctica pedagógica habitual. Por otro lado, lo que yo veía era un curso con mucha energía mal dirigida. Al preguntarle por la corriente historiográfica  que estructuraba sus clases me dijo que era el Positivismo, pero que le gustaban mucho la Escuela de los Annales y la Historia Social… al escucharla, inmediatamente, me pregunté ¿Cómo es esto posible?  Cómo puede existir tal dicotomía entre lo que le gusta y lo que hace dentro de la sala de clases… Después de mucho pensar llegué a la conclusión, sumado a un par de situaciones más, que era una docente que no se posicionaba dentro de la sala de clases. Podía hablar de Hitler, de Stalin, de Piñera, de Pinochet y no se posicionaba frente a lo que cada uno de estos había hecho durante el tiempo que estuvieron, y el que está, en el poder. ¿Cómo podemos pensar en un cambio educacional si dentro del aula no se condena lo que de DEBE condenar?...     

viernes, 29 de junio de 2012


Historia de la Historiografía… parte II

En la publicación anterior nos referíamos a tres corrientes historiográficas… bueno, ahora seguiremos nutriendo nuestro conocimiento para así analizar de una manera certera el actuar de nuestros colegas y por cierto, desarrollar nuestro propio estilo de pedagogía con el objetivo de que cada uno de nosotros haga la diferencia dentro de nuestro arcaico sistema educacional…

à      Historia Social: Su fundamento teórico-filosófico se vincula al marxismo. La historia social se estructura a partir de la economía, es decir, se basa en el modo de producción, y la lucha de clases que se generan y que influyen en los sujetos dentro de un determinado contexto histórico. ¿Qué plantea la Historia Social? Una educación que se preocupe de los sujetos y de sus vivencias particulares, que analice y reflexione sobre las repercusiones que acarrea en los estudiantes pertenecer a una determinada clase social.
à      Historia Cultural: Su fundamento teórico es el marxismo y la Historia Social. El origen del conocimiento para esta corriente historiográfica  se obtiene a través de lo percibido por los sujetos, es decir, no analiza la historia como una totalidad sino por el contrario, estudia las subjetividades y las relaciones intersubjetivas. ¿Qué plantea la Historia Cultural?  Una educación centrada en cada individuo y en su experiencia histórica efectiva; en sus representaciones culturales y en sus relaciones sociales. 

Ahora, teniendo un conocimiento mayor de las corrientes historiográficas, esto no implica que no seguiré publicando breves descripciones de otras corrientes,  nos adentraremos  en ¿Para qué sirve adscribirse a una corriente historiográfica?  ¿Cuál es su importancia dentro del aula?...
En primer lugar diré que adoptar una corriente historiográfica es un acto político. En segunda instancia diré que es la base de una práctica pedagógica consciente y en tercera instancia, ayuda a que el docente se posicione frente a su realidad y a los acontecimientos que, quiera o no quiera, influyen en el desarrollo de cada clase.
En mi opinión, tomar decisiones siempre es un acto político. No aquella política viciada y maquiavélica que se muestra día a día en la televisión, sino aquella que tiene que ver con los asuntos y las relaciones de personas que conviven en una determinada sociedad. Por lo tanto decidir entre una gama de corrientes historiográficas implica o más bien devela la cosmovisión del docente; de cómo este entiende la sociedad y a qué sujeto histórico considera importante destacar o reivindicar de las oscuras tinieblas de la Historia Oficial. En relación al segundo punto diré que, una  práctica pedagógica consciente es consecuencia de un docente consciente. Esta afirmación puede parecer bastante lógica, pero ¿Cuántos profesores pueden decir que son conscientes de lo que realizan en el aula? Muchos enarbolarían el discurso, pero muy pocos lo llevarían a la práctica…
Ligado a los dos puntos anteriores se edifica el tercero, un docente que se entiende como un sujeto político e histórico y que además es conciente de su rol social no puede no posicionarse frente a las injusticias, engaños, limitaciones, etc. que sufre la sociedad en su conjunto dentro sistema económico que nos coarta y nos condiciona cada día más. Claro está que estos tres puntos hacen solo referencia al docente, pero ¿Qué sucede con nuestros estudiantes? ¿Seguirán siendo las mismas personas si se educan con un docente que cuenta con las características señaladas anteriormente o con un docente de estilo tradicional? La respuesta es rotunda: NO. Estudiantes educados por un docente, llamémoslo, crítico tendrá una visión mas amplia y compleja de los procesos sociales que aquel que se educa por un docente tradicional, que busca tan solo preparar a la mano de obra que seguirá llenando los bolsillos de aquellos que detentan el poder… ¿Qué harías tú?, ¿Qué tipo de docente serías, uno crítico o uno tradicional?

Recuerda que...


jueves, 28 de junio de 2012


Historia de la Historiografía

Dentro de la historia, como disciplina, existen diversos paradigmas que condicionan y determinan cómo se entiende y, a su vez, cómo se explican los sucesos ocurridos en un tiempo y  en un contexto determinado. El objetivo de las siguientes líneas es exponer inicialmente, a grandes rasgos, tres de las diversas concepciones que a través del paso de los años nos han explicado el devenir mundo.

à      Positivismo: Su fundamento teórico y filosófico se basa en el método de las ciencias exactas o naturales, es decir, se fundamenta en hechos empíricos sujetos a comprobación. En el ámbito educativo ¿Qué plantea el positivismo? Una educación dogmática en donde el docente es un mero transmisor de un conocimiento seleccionado y organizado por otros, para legitimar su poder, y a un estudiante que solo se limita a absorber datos, fechas y personajes que no tienen ninguna relación con su cotidianidad.
à      Escuela de los Annales: Su  fundamento teórico y filosófico es el positivismo/ marxismo. Con esta escuela comienza a tener importancia la idea de la temporalidad, es decir, la historia analizada como un proceso en donde existen estructuras que rigen el desenvolvimiento de las sociedades. En el ámbito educativo ¿Qué plantea  la Escuela de los Annales? Una educación en donde la realidad  no está determinada sino que se construye culturalmente, por lo tanto el rol del docente y del estudiante no es pasivo ni estático, sino que por el contrario, ellos son sujetos activos dentro de su sociedad.
à      Estructuralismo: Hereda lo planteado por la Escuela de los Annales en cuanto a que es un modelo explicativo y organizativo que permite comprender procesos totales de larga duración, Las experiencias sociales se explican solo en relación a la estructura que determina su actuar, es decir, en el ámbito educativo podemos decir que esta nos ayuda a identificar las mentalidades que explican el desarrollo de la educación como la conocemos. Es un análisis de lo que subyace del actuar de los sujetos dentro sociedad.

En las siguientes publicaciones abordaremos otras corrientes historiográficas para que así, tengamos una base teórica que nos ayude a reflexionar y criticar, con altura de miras, el actuar de otros docente y por cierto, nuestro propio desenvolvimiento dentro el aula. Es el primer paso para relacionar teoría y práctica, es decir, para conocer y compartir no tan solo estrategias ni herramientas educativas, sino concepciones; sueños y esperanzas de la nueva pedagogía que está por venir…

Recuerda que “LA EDUCACIÓN ES EL ARMA MÁS PODEROSA QUE PUEDES USAR PARA CAMBIAR EL MUNDO”  (Nelson Mandela)





miércoles, 18 de abril de 2012

¿¿¿Historia???

En muchas ocasiones la vida moderna nos  enfrenta a situaciones que nos hacen reflexionar en torno a interrogantes como ¿Quién soy?, ¿P ara donde voy? o aquellas que te planteas cuando congelas después del sexto semestre o después de haber pololeado cinco años  con una persona que no valía la pena… ¿Qué he hecho de mi vida? Preguntas que tienen directa relación con nuestro pasado-presente-futuro, en otras palabras hacen referencia a nuestra historia. Mmmm… historia. Claramente no es la que se enseña en los colegios, pero es la base y lo que constituye nuestro ser.
¿En qué se diferencia una de la otra? Podemos establecer que la historia tiene tres variantes. La primera de ellas es la historia como teoría, aquella que se encargan de configurar los especialistas del campo académico, los historiadores, que mediante convenciones y arbitrariedades agrupan una serie de sucesos y acontecimientos para crear una identidad común; la segunda de ellas es la historia como experiencia, es decir, la realidad vivida cotidianamente por los sujetos y a la que se hace referencia en las líneas anteriores, y la historia como narración. Esta última es una mediación entre los diversos relatos que se generan a partir de un mismo hecho y lo que se escribe posteriormente.
Entonces, ¿A qué se debe que en la escuela solo se aborde una parte de la historia? Claramente esto se relaciona con la ideología imperante en nuestra sociedad, aquella que heredó de la dictadura cívico-militar el romper y despojar a los sujetos del lazo individual-social en post del statu quo. El poder hegemónico que ejerce esta cosmovisión se puede establecer como lo general, pero qué sucede en el ámbito particular, ¿Qué papel desempeña el docente en el aula para cambiar la sociedad? ¿Basta solo con quererlo o es preciso sentir, vivir y además compartir este sueño con quien quiera escucharlo?
Lo que no es tema de discusión en este blog es que el docente debe posicionarse dentro de la sala de clases, pero para ello es necesario que este se vincule con una corriente historiográfica, ya sea positivismo, microhistoria, escuela de los Annales, etc.,  que guie su forma de ver y actuar frente a la contingencia nacional. De este empoderamiento se desarrollan los prototipos de sujetos sociales que, hacen la historia o que son meros participantes (casi por coincidencia) de ella según la visión que se utilice,  se reflejan en la sala de clases y que por consecuencia legitiman o rechazan la ideología dominante.