miércoles, 18 de abril de 2012

¿¿¿Historia???

En muchas ocasiones la vida moderna nos  enfrenta a situaciones que nos hacen reflexionar en torno a interrogantes como ¿Quién soy?, ¿P ara donde voy? o aquellas que te planteas cuando congelas después del sexto semestre o después de haber pololeado cinco años  con una persona que no valía la pena… ¿Qué he hecho de mi vida? Preguntas que tienen directa relación con nuestro pasado-presente-futuro, en otras palabras hacen referencia a nuestra historia. Mmmm… historia. Claramente no es la que se enseña en los colegios, pero es la base y lo que constituye nuestro ser.
¿En qué se diferencia una de la otra? Podemos establecer que la historia tiene tres variantes. La primera de ellas es la historia como teoría, aquella que se encargan de configurar los especialistas del campo académico, los historiadores, que mediante convenciones y arbitrariedades agrupan una serie de sucesos y acontecimientos para crear una identidad común; la segunda de ellas es la historia como experiencia, es decir, la realidad vivida cotidianamente por los sujetos y a la que se hace referencia en las líneas anteriores, y la historia como narración. Esta última es una mediación entre los diversos relatos que se generan a partir de un mismo hecho y lo que se escribe posteriormente.
Entonces, ¿A qué se debe que en la escuela solo se aborde una parte de la historia? Claramente esto se relaciona con la ideología imperante en nuestra sociedad, aquella que heredó de la dictadura cívico-militar el romper y despojar a los sujetos del lazo individual-social en post del statu quo. El poder hegemónico que ejerce esta cosmovisión se puede establecer como lo general, pero qué sucede en el ámbito particular, ¿Qué papel desempeña el docente en el aula para cambiar la sociedad? ¿Basta solo con quererlo o es preciso sentir, vivir y además compartir este sueño con quien quiera escucharlo?
Lo que no es tema de discusión en este blog es que el docente debe posicionarse dentro de la sala de clases, pero para ello es necesario que este se vincule con una corriente historiográfica, ya sea positivismo, microhistoria, escuela de los Annales, etc.,  que guie su forma de ver y actuar frente a la contingencia nacional. De este empoderamiento se desarrollan los prototipos de sujetos sociales que, hacen la historia o que son meros participantes (casi por coincidencia) de ella según la visión que se utilice,  se reflejan en la sala de clases y que por consecuencia legitiman o rechazan la ideología dominante.

2 comentarios:

  1. Muy interesante las temáticas que pretendes discutir.
    Me llama mucho la atención, y creo también que a sido uno de mis motivantes, el hacerse cargo de la cotidianeidad de los jóvenes en su propio proceso educativo, lamentablemente como ya hemos discutido muchas veces, la escuela parece estar llena de contenidos completamente inconexos con los estudiantes, lo que a la larga genera una importante desmotivación y frustración.
    Algo que nos han enseñado los escolares actuales, es que quieren y necesitan debatir temas profundos y hacerse parte de su propio sistema educativo, y en esa lógica, quienes somos nosotros como futuros profesores o los profesores actuales, para negarles ese derecho que siempre han tenido, pero a muchos se les olvido.

    Saludos.

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    1. Yo diría que no se les ha olvidado, sino que se los han negado por mucho tiempo.

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